Continuando con nuestro comentario al libro de Eclesiastés presentamos los versículos más sobresalientes de los capítulos 3 y 4:
El capítulo 3 comienza con una sentencia importantísima "Todo tiene su tiempo" (3:1). Esta es una poderosa verdad que nos confronta, ya que muchas veces nos excusamos delante de Dios diciendo la siguiente frase: "No tengo tiempo". Pero sólo Dios conoce nuestras preferencias y lo que hacemos con el tiempo que Él nos da. Más adelante nos encontramos con los siguientes versículos:
"Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón
de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde
el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer
bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien
de toda su labor. He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no
se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él
teman los hombres." (3:11-14)
Estos textos ponen de relieve el valor del trabajo pues la Biblia dice: "Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado" (1 Tes 4:11) Aunque también nos dice: "...Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor" (Fil 2:12), dejando claro cuáles deben ser nuestras ocupaciones: la salvación y el trabajo. Ambas con todo lo que implican: hacer la obra de Dios a la vez que trabajamos por nuestro sustento. Lo cual confirma el sabio diciendo:
"Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse
en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea
lo que ha de ser después de él?" (3:22)
En el capítulo 4 hay unas verdaderas joyas de la Palabra de Dios dignas de la sabiduría que Dios le dio al rey Salomón (cf. 1 Reyes 3:3-15). Veamos:
"El
necio cruza sus manos y come su misma carne. Más vale
un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de
espíritu. Mejores
son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si
cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando
cayere, no habrá segundo que lo levante. También
si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno
solo? Y si
alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no
se rompe pronto. Mejor es
el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos; porque de
la cárcel salió para reinar, aunque en su reino nació pobre." (4:5-14)
Estos versículos exaltan el valor de la fraternidad al afirmar "mejores son dos que uno" y de la sabiduría al declarar que ésta no reside necesariamente en los años de edad.
Le invitamos a seguir la Parte III de este estudio sobre este hermoso libro de la Biblia.
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