Esta mañana recordaba a un par de mimos que estaban en una esquina de una concurrida calle. Su labor era la de imitar lo más gracioso posible a cada transeúnte que por allí andaba teniendo en cuenta cada movimiento de la víctima de su actuación. Estos mimos tenían un propósito al imitar a cada persona que pasaba y era el de recibir dinero y de paso, hacer reír a los espectadores.
Eso me hizo recordar lo que dice la Biblia:
"Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo." - 1 Corintios 11:1
Nosotros, como creyentes en Cristo, somos llamados a seguir diariamente los pasos de nuestro Maestro, tratando de parecernos lo más posible a Él, con el propósito de recibir la bendición de Dios que Él nos ha prometido.
Aunque muchos imiten a otros, nosotros seguimos al verdadero modelo de vida: Jesucristo.
Si desea seguir siendo inspirado por la Palabra de Dios, te invitamos a escuchar:
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