Esta mañana observaba a un oficial de tránsito y veía cómo cada vez que levantaba su mano, los autos que iban por la calle se detenían. Los conductores reconocían por el uniforme la autoridad de aquel hombre.
Esto me puso a pensar en la autoridad que Dios ha dado a los creyentes:
"Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?" Lucas 4:36
Ciertamente aquel oficial era un hombre como tú y como yo, pero había algo representado por el uniforme que tenía: La autoridad otorgada por el gobierno humano por medio de la cual todos le obedecían. Del mismo modo, nosotros en Cristo hemos sido revestidos con la autoridad que nos da el respaldo Divino para ordenar al Reino de las Tinieblas que se detenga, para impedir su avance en la vida de nuestra familia y ciudad; para destruir las obras del diablo. Pero siempre debemos tener puesto el uniforme de la santidad y la obediencia a Dios.
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