Esta mañana observaba mi cuenta en Facebook, y miré cuántas solicitudes de personas tenía pendientes por resolver. Analizaba la capacidad que tenemos de aceptar o rechazar las solicitudes de las personas que entran en nuestra red de amigos. Esto me puso a pensar en lo que dice la Biblia:
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." - Filipenses 4:8
Estas redes sociales ilustra bien lo que debemos hacer con nuestra mente. Nosotros tenemos el poder de elegir qué pensamientos son aceptados o rechazar aquellos pensamientos que no están acorde a la voluntad de Dios. Cuando vengan ideas de desánimo, rencor o pecado, como hijos de Dios podemos decidir ignorarlos pues no vienen de nuestro Padre Celestial.
¡El cristiano debe ejercer la autoridad de Dios, incluso sobre sus propios pensamientos!
Recuerda... Tú decides.
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