Esta mañana vi colgado en una pared de la calle un anuncio que decía: "Aquí ya estamos construyendo tu felicidad" y por supuesto se refería al lugar donde una empresa construía una serie de viviendas.
Esto me puso a pensar en lo que dice la Biblia:
"En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis." - Juan 14: 2 y 3
La promesa de estos constructores me recordaba las maravillosas palabras de Cristo antes de ascender al cielo. Pero ellos, por más hermoso que construyan jamás podrán construir la verdadera felicidad que tendremos sólo cuando estemos en la presencia de Cristo. Él nos ha preparado una morada eterna, donde no habrá sufrimiento ni necesidad alguna.
¡Tenemos un hogar maravilloso, preparado en el corazón del Padre!
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