Esta mañana recordaba una obra de teatro de una escuela y recuerdo claramente la emoción de una madre al ver salir a su hija al escenario. Sin duda alguna podrían presentarse miles de niños y niñas pero la mejor interpretación para la madre sería la de su querida hija.
Esto me puso a pensar en lo que dice la Palabra de Dios:
"Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
- Mateo 3:17
El Padre Celestial ama mucho a su Unigénito hijo y delante de los que presenciaban su bautismo Él dio una demostración de ese amor diciendo en voz alta: Este es mi hijo amado, en el cual me complazco; y ese amor también nos los brinda a nosotros.
Tal vez has pensado que no eres especial para el mundo, pero tienes un Padre en los cielos que se emociona por ti, se deleita en ti y cuyos ojos están puestos sobre cada paso que das. Eres lo más hermoso que Él tiene. Y aunque haya muchos alrededor, Dios siempre mirará con sus amorosos ojos a aquél que ha decidido ser su hijo e hija.
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