Decir
ser cristiano se ha convertido en una muletilla, en un factor común
para las personas. Pero lo importante no es decirlo, sino vivirlo.
Que otras personas puedan darse cuenta de nuestra fe en el Señor
Jesucristo por nuestras obras, mas que por nuestras palabras sin
dejar de testificarles que Jesús es quien salva, sana y transforma.
Sin embargo, a la luz de la Palabra de Dios hay ciertas
características que deben identificar a un cristiano, un verdadero
siervo del Dios Altísimo. Esta es lo que se conoce como la Nueva
Personalidad que produce la llegada y el bautismo del Espíritu Santo
en el creyente. El apóstol Pablo lo explica mejor en dos de sus
epístolas mas doctrinales: Colosenses y Efesios. Veamos lo que nos
dice el Señor Nuestro Dios:
“En
cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el
espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual,
desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis
lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir
con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga
de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación,
a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día
de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo,
ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:22
al 32
En
la carta a la iglesia que se encontraba en Colosas, el apóstol Pablo
señala:
“Haced
morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro
tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido
del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni
libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos
unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es
el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y
sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de
palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Colosenses 3:5 al
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Asi que ya es tiempo de transformar nuestro cristianismo teorico en un pragmatico, que se refleje en el dia a dia de nuestras palabras y acciones. Dios los bendiga a todos.
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