TEN EN CUENTA LO SIGUIENTE...
Cuando pienses entablar una relación, no vayas a ella buscando satisfacer una necesidad, sino más bien buscando llenar una; no veas a tu pareja como papi o mami.
Cuando nuestro único fin es buscar siempre satisfacer una necesidad personal somos egoistas. La caracteristica primordial del verdadero amor es que no es para nada egoísta, recuerda, "el amor no busca lo suyo" (1 Cor. 13).
¿Qué sucede entonces cuando entablamos una relación, buscando satisfacer nuestra propia necesidad y no buscando llenar la del otro? Sencillamente cualquier falla o falta de la pareja, en su empeño de satisfacer nuestras demandas, desencadenará un conflicto. Cuando buscamos que una persona sacie nuestras carencias éstas no pueden ser satisfechas por completo. Los seres humanos estamos diseñados de forma tal que Dios es el único que puede saciar nuestros más profundos deseos. Quien llena la necesidad de cada miembro de la pareja es el Señor.
Si todos entendiéramos este concepto, el 90 por ciento de los problemas de pareja se acabarían.
No se puede iniciar una relación amorosa cuando no se ha desarrollado totalmente el carácter de Cristo en nuestras vidas. Si queremos saber cómo es el verdadero amor, es precisamente viendo lo que Cristo hizo por su Iglesia (o su novia) que podemos llegar a entenderlo. Primero que todo, Cristo, vino a satisfacer la necesidad de ella. Vino a santificarla y presentarla a Dios "sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante". Nunca observamos que Jesús estuviera buscando su satisfacción personal, al contrario, como él mismo dijo de sí mismo: "El Hijo del Hombre (Jesús) no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos". El trabajó con sacrificio para lograr satisfacer la necesidad de su futura esposa. Hoy, el Señor no descansa sino que debido a su amor, "vive para interceder" por nosotros.
El amor egoísta, o basado en una necesidad personal, nunca puede ser satisfecho, siempre demanda más y más del conyuge: Desea más tiempo, más atención, más compromiso; por más que se esfuerce el novio o novia en tratar de cumplir la lista de "cosas que hacer" no podrá hacerlo, y puede llegar a ser frustrante para ambos.
El cine y las telenovelas nos venden el concepto erroneo de que el matrimonio o las relaciones sentimentales son la panacea para nuestros problemas. Si bien el matrimonio es parte fundamental para nuestro desarrollo como personas, entendiendo que fue instituido por Dios para dar felicidad a la pareja y preservar la vida, además de ser la unidad mínima de una sociedad, y la forma de preservar el legado divino, no debemos olvidar que la total satisfacción y vida abundante son el resultado de una relación íntima con nuestro Creador. Él, quien nos creó, cuya mirada penetra hasta el último recodo de nuestra alma, corazón, sentimientos y espíritu, es quien nos llena abundantemente. Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".
Alcanza la plenitud de tu vida entablando una relación profunda con Cristo, para que Él llene todo tu ser y te capacite para que encuentres la felicidad y realización personal que buscas.