lunes, 17 de enero de 2011

Estudio Bíblico: La Danza Perfecta (IV Parte)


Tú, hermano, lo puedes hacer: levantar tus manos en señal de gratitud, dar voces de júbilo, saltar, dar vueltas sobre tus pies; con esto, estás glorificando y exaltando a tu Dios, y Él ve tu corazón. Recuerda al músico y rey David que danzaba y su esposa lo menospreció, así que no te importe lo que piense el hombre o lo que pueda decir éste, piensa que el que te está viendo es tu Dios y está complacido que tu corazón rebose de gozo y de agradecimiento por Él. 

Esta es la verdadera danza perfecta, no hay por qué sentir temor o pena, pues estás delante de tu Señor y Él te conoce desde que estabas en el vientre de tu madre, porque Él te formó. Entonces, se trata de entender que debemos exteriorizar lo que siente nuestro corazón a través de nuestro cuerpo. 

A los ministros de danza nos rige el hecho que fuimos escogidos para ir delante del pueblo, de ser sus guías y somos bienaventurados, porque dice la Palabra que son bienaventurados los que Dios escogiere y atrajere a Él para que habiten en sus atrios, porque ellos son saciados del bien de la casa de Jehová y de su santo templo.  Pero todo esto tiene una responsabilidad, y es la de guiar al pueblo de manera correcta hacia la presencia de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario