viernes, 4 de marzo de 2011

¿Demasiado pobre para diezmar?


Una viuda de escasos recursos dijo: "Es verdad que tengo muy poco dinero, pero lo que tengo ha venido de mi Padre celestial. No soy dueña de lo poco que poseo, pues lo debo a Dios. Puede ser que sea muy pobre, pero no soy demasiado pobre para diezmar." 
La gente nunca se empobrece tanto que no pueda diezmar. A diferencia de la viuda, muchas personas creen sinceramente que la falta de mucho dinero los excusa de dar el diezmo. Puede ser que usted, lector, sea uno de ellos. Puede ser que usted diga; "Oh, sí; yo soy demasiado pobre para diezmar. Yo tengo mis deudas que pagar." Es verdad que tiene usted deudas que pagar, pero, ¿con cuánto está endeudado con Dios?. Más de lo que usted podrá jamás pagar. Y debe considerar sus deudas con Dios tan seriamente como considera sus deudas con sus semejantes. Su diezmo es una expresión de su deseo de pagar lo que debe al Señor. Es un reconocimiento de que usted es deudor y no dueño. O tal vez usted diga: "Tengo mi familia a la cual debo sostener". Cierto, usted tiene que sustentar a su familia. Debe ofrecerles alimento y abrigo. Pero no olvide que debe brindarles también oportunidades de recibir bendiciones espirituales, y que éstas vienen sólo sobre aquellos que obedecen de Dios en el diezmo.
Generalmente el hombre dá a aquello que ama. El hombre que gasta excesivamente en sí mismo está enamorado de sí mismo. ¿Ama usted la iglesia? ¿Ama usted al Salvador? ¿Ama usted Su Reino? Entonces usted indudablemente les dará algo. El amor se entrega todo. Si el amor de Dios dio al Salvador, y el amor de Cristo le dio a usted la salvación, entonces el amor que hay en usted debe expresarse en dar para la obra de Dios.
Un creyente miedoso jamás diezmará, insiste en andar "por vista". Las promesas del Señor no son reales para él, sino que desea verlas cumplidas antes de aventurarse. "Creéis en Dios, creed también en mí" (Juan 14:1). Note usted: "Creéis." Si verdaderamente cree usted, entonces Dios es importante. La causa del Señor será su causa. Si usted cree de corazón, no tendrá mucha dificultad para dar.

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