viernes, 12 de agosto de 2011

Devocional: 12 de Agosto de 2011

 
Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Tan grande fue el amor de Dios que entregó lo más preciado: Su Hijo por nosotros, para salvarnos, darnos salvación y vida eterna. Nos hizo sus hijos, entonces ¿por qué nosotros no hacemos su voluntad?, no lo obedecemos como nuestro Padre que es, sino que lo apartamos para no escuchar. Cuando obedecemos a nuestros padres lo hacemos porque los amamos, entonces ¿por qué a Dios que dio lo más preciado no lo obedecemos? ¿será que verdaderamente no lo amamos o es solo decir?. El amor se demuestra con hechos y ese hecho es la obediencia. Jesucristo nos dijo: Amarás a Dios con todo tu corazón (Mateo 22:37- 40), hasta amar a Dios es un mandamiento y ni siquiera lo cumplimos, ¿cómo podremos decirle: Señor, o Padre y pedirle lo que querramos?. Si no le obedecemos, no permanecemos en sus palabras. Dios tiene grandes bendiciones para nuestras vidas, todo lo que pidiéramos bajo su voluntad Él nos lo daría. Pero sólo si somos obedientes, si de corazón, con amor lo buscamos, hacemos su voluntad, con disposición y agrado, aun cuando la voluntad de Dios que son sus mandamientos no concuerden con nuestra voluntad.
  • 1 Juan 2:4-11                             
  • Mateo 7:21                               
  • 1 Reyes 3:14
  • Juan 14:15-16; 21-23

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