jueves, 10 de octubre de 2013

Por Nada Estéis Afanosos


“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4:6-7
Jesús habló a sus discípulos y les dijo que en este mundo tendríamos aflicción, pero que debíamos confiar en Él, porque Él ha vencido el mundo. Juan 16:33

Ciertamente  el mundo en que vivimos está lleno de incertidumbre, y en cualquier momento las adversidades pueden golpear nuestras vidas, pero ciertamente, también podemos estar confiados y seguros en Jesucristo, quien dio su vida por nosotros mostrándonos cuán importantes somos para Él.

Entonces, ¿qué debo hacer cuando hay dificultades, adversidades, angustias?, ¿Qué debo hacer cuando desfallece mi corazón o cuando no veo la respuesta? La Biblia declara lo siguiente:

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4:6-7

Es increíble esta palabra, Dios nos dice que en medio de la tribulación debemos clamar, debemos orar a Él con acción de gracias, eso quiere decir que cuando oramos a Dios, hay respuesta. Jesús dijo: “Y Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré...” Juan 14:13

El resultado de orar a Dios cuando hay adversidad  es que Dios traerá a nuestras vidas Su Paz, tal como lo establece la Escritura en Filipenses 4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. 

Si hoy, o en algún momento de tu vida llegares a encontrarte en  aflicción, en  angustia o con temor, entra en tu cuarto, cierra la puerta, arrodíllate delante de Dios y clama a Él, te aseguro que encontrarás paz, tranquilidad y la respuesta de Dios. Así que confía y descansa en Él, porque Él tiene cuidado de ti.

“Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.” Salmos 34:6



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