La obediencia a Dios es algo que a Él le agrada, cuando la ejercemos voluntariamente. Y es por esto mismo que Él no nos va a obligar a obedecerlo. Él es Soberano y le agrada que hagamos las cosas a su manera y no le agrada que hagamos las cosas por hacerlas y a la fuerza, sino que le gusta que lo hagamos voluntariamente y que de verdad salga de lo más profundo de nuestro corazón.
- Génesis 22:18
- Deuteronomio 28:13
- Romanos 8:32
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