Por Sixyel Castañeda
Estamos en la sociedad de la información, diariamente recibimos toda clase de información. La radio, la televisión, el Internet, en fin, todos los medios de comunicación, procesan millones de bytes que llegan a nuestro cerebro y moldean nuestra personalidad. Esto hace que nuestros pensamientos estén dominados por todo lo que el mundo nos ofrece: malos pensamientos, homicidios, hurtos y demás (Mateo 15:19). Pero Dios quiere que esto cambie. Que nuestros pensamientos sean como los de Él. La Palabra declara: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:9). Dios quiere que seamos “dueños” de nuestros pensamientos, que pensemos como Él piensa, que hablemos como Él habla, que amemos como Él ama. En resumen, que seamos como Él. En vez de pensar en todas esas cosas malas, Dios quiere que pensemos en “todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno (…) en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado” (Filipenses 4:8). En conclusión, Dios quiere que seamos nuevas criaturas, y que nuestros pensamientos al igual que nuestras acciones, estén dominadas por su personalidad. Como dice la Escritura: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). ¡Es tiempo de formatear el disco duro de nuestra mente!
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