LOS PLACERES MUNDANOS:
ENEMIGOS DE LA VISIÓN
ENEMIGOS DE LA VISIÓN
Por último, después de considerar algunos factores que pueden entorpecer el cumplimiento de la visión de DIOS en nuestras vidas, es necesario que consideremos también este factor que influye en muchos: Los placeres de este mundo.
Dios es bueno, y Él desea que nosotros vivamos una vida abundante, llena de satisfacción. Precisamente Él creó al hombre, pero, a consecuencia del pecado, el mismo hombre se ha encargado de corromper los deseos justos con que el Señor nos creó. Tanto ha sido la corrupción, que cosas que DIOS creó para nuestro bienestar se han convertido en esclavitud para el ser humano. Hoy en día, en todo el mundo el hombre busca satisfacer sus deseos egoístas incluso traspasando el mandato bíblico, viviendo sólo para buscar placer cada día más, sin importar qué medios utilice para conseguirlo.
Es por eso que tenemos en la actualidad un mundo en caos, lleno de pornografía, sexo pre-marital, adulterio, adicciones a la droga, al alcohol y la violencia. Todo esto hace que en muchos la visión no pueda cumplirse, pues se encuentran amando más los placeres que a DIOS.
Es momento de levantarnos y salir de la esclavitud de los placeres, siguiendo la libertad que JESUCRISTO nos ofrece, para que encontremos la senda por la cual correr hacia la visión de nuestro PADRE.
Si no has creído en CRISTO aún, y tu vida se ve reflejada en esta condición de sólo buscar los placeres del mundo, este es el momento de pedirle a CRISTO que te salve, perdone tus pecados y te llene de esa satisfacción que sólo Él puede ofrecerte.
Considera las siguientes citas bíblicas:
1 Juan 2:14-17
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Romanos 1:21-24
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
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