Nuestra meta cada día es alcanzar un nivel espiritual mayor, pero eso es viviendo en santidad, pero la pregunta es ¿cómo hacerlo? ¿cómo vivir una vida día a día en santidad?.
Primero, es desear con todo nuestro corazón consagrar nuestra vida sólo para Dios, agradarle y servirle. No podemos vivir una vida en santidad, pero al mismo tiempo en tinieblas, porque: ¿qué comunión tiene lo profano con lo santo?.
Si de verdad queremos vivir en santidad imitándolo a El, es hora de llegar a Jesucristo y limpiar nuestras vidas de todo pecado, alejarnos de los deleites de la carne, desechando toda impureza de nuestros corazones dejando de lado todas aquellas cosas desagradables a Dios.
Debemos conservarnos puros, justos e irreprensibles delante de Dios para ser utilizados como instrumentos de honra agradables a El, para así poder llegar ante Su altar con ofrenda agradable delante de Su presencia.
Lucas 1:75
2 Pedro 3:11
2 Corintios 7:1
2 Timoteo 2: 21
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