La palabra santidad, hace referencia a una persona limpia, pura, apartada para Dios.
Desde el Antiguo Testamento, la palabra santo significaba "estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio a Dios". El pueblo de Israel se conocía como un pueblo santo, porque fue el pueblo que Dios separó para su servicio.
Asimismo hoy día cuando aceptamos a Jesucristo en nuestras vidas y somos limpiados a través de su sangre, Él nos llama a la santificación, a vivir en una vida de rectitud, puros, y buscar la perfección cada día, porque así como Él es santo y perfecto, así también es como nosotros debemos andar cada día delante de Él.
Levítico 11: 45
Mateo 5:48
2 Pedro 3: 11
1 Tesalonicenses 4:7
1 Juan 2: 6
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