Por Sixyel Castañeda
Nos dice el Diccionario de la Lengua Española en su versión Espasa- Calpe 2005 respecto de la definición del término “perfección”:
Perfección: Completa ausencia de error o defecto.
Numerosos filósofos griegos y de toda la Historia Universal han afirmado que la perfección es un ideal noble, aunque inalcanzable, mas sin embargo la Palabra de Dios nos enseña que Dios quiere que seamos perfectos como Él es perfecto, así lo expresan las palabras del Maestro:
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:48
Y: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14
Jesús sabe que por naturaleza somos imperfectos, nacidos del pecado y con un cuerpo corruptible. No obstante, Él nos pide que imitemos a su Padre de quien sabemos que es Perfecto. En otro lugar de la Escritura, el apóstol Pedro guiado por el Espíritu Santo nos dice esto:
“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” 1 Pedro 1:16
La Biblia también nos enseña que hubo hombres a la que la Biblia, incluso Dios, los llama “perfectos”. Veamos ejemplos de ellos:
Noé: “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.” (Gé. 6:9) Por esto Dios lo salvó del diluvio que hizo caer sobre la Tierra.
Job: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” Job 1:18
Y por supuesto, Jesús: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” 1 Pe. 2: 21,22
Con todos estos ejemplos podemos queda demostrado que si bien nosotros no somos perfectos, sí debemos desear serlo: debemos anhelar llegar a la estatura de Cristo, a la de un cordero sin mancha y sin arruga para poder entrar en la nueva Jerusalén. Recordemos lo que dice la Palabra en Apocalipsis respecto de la entrada en la Santa Ciudad:
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.” Apocalipsis 21:27
Conclusión: Seamos perfectos como Él es perfecto.
Dios Padre nos enseño a través de su hijo Jesucristo,que podemos ser perfectos, guardándonos en completa santidad,para así poder entrar confiadamente al LUGAR SANTÍSIMO,a la misma presencia de Dios PADRE,con el poder del ESPÍRITU SANTO.
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