Esta mañana reflexionaba acerca de este popular show de televisión en mi país. Aquellos que lo han visto sabrán que se trata de encontrar al mejor imitador de una serie de artistas, de modo que los concursantes involucrados luchan semana a semana por parecerse lo más posible por dentro y por fuera a sus estrellas favoritas. He de confesar que algunos de ellos sin duda logran convencer con sus imitaciones y su semblante es bastante similar; otros, sin embargo, solo entretienen, desprendiendo algunas sonrisas en los televidentes.
No puedo dejar de considerar el hecho peculiar que resulta escuchar que aquellas personas niegan su nombre particular para llamarse como sus imitados.
Esto me puso a pensar en lo que dice la Palabra de Dios:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."
Gálatas: 2: 20
Gálatas: 2: 20
El ideal del creyente en Cristo Jesús, es precisamente este, dejar de ser uno mismo para permitir que el Señor se manifieste a través de nuestras vidas.
Nuestro modelo, meta y objetivo es llegar cada día a parecernos más a Jesucristo, y no me refiero a adquirir la apariencia física que hemos visto en las películas de Semana Santa, sino adquirir y cultivar su carácter, santidad y amor por el Padre Celestial. Hablar más como Él, mostrar más compasión e interés por las almas y vivir una vida de integridad que regocije a nuestro Creador.
Por último quisiera anotar que las personas involucradas en el programa buscan imitar a seres humanos imperfectos, a figuras superficiales formadas por la publicidad y el mercadeo. Quiero invitarte a que consideres, a que imites al único digno de ser seguido y admirado, sobre todo, que cuando las personas te vean, no te vean a ti sino la imagen de Jesucristo en ti.
Jesús expresó esto con respecto a su Padre Celestial:
" Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?" Juan 14:8-9
Y tú, ¿Cómo te llamas?
QUE REFLEXION TAN BONITA ME LLEGO A MI CORAZON ALKGUNA PERSONAS BUSCAN MUCHO PARECERSE A PERSONAJE DE FAMA Y DE MUNDO Y NO BUSCAN PARECERSE NI SIQUIERA UN AMIGUITICA A JESUS.
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