Esta mañana recordaba a un señor anciano que deambulaba por las calles cargando un pesada bolsa llena de cosas que recogía de casa en casa, era una bolsa enorme y muy seguramente estaba muy pesada. Recuerdo bien la expresión de su rostro, se notaba el cansancio y fatiga en su mirada; muy seguramente era el reflejo del agotamiento físico que experimentaba.
Esto me puso a pensar en lo que dice la Palabra de Dios:
"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo." Salmo 55:22
A diferencia del señor de la historia, de quien me atrevo a señalar que cargaba aquella bolsa porque de la venta de aquellas cosas obtiene su sustento, nosotros muchas veces llevamos voluntariamente pesadas cargas sobre nuestras vidas: el peso de la preocupación, el peso del pecado y la culpa, el peso del afán y la ansiedad que muchas veces rehusamos poner en las manos de nuestro Señor. Tomemos en serio su promesa. Aceptemos la ayuda que nos ofrece. No sigamos cargando algo que no nos corresponde llevar a nosotros.
Como dice la canción: "Pon tus cargas sobre Cristo, porque Él cuida de ti". Amén.
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