La preocupación de preocuparse
A lo largo de esta semana desarrollamos el tema de las preocupaciones. Hasta ahora hemos visto que no son el deseo de Dios para sus hijos e hijas, también hemos aprendido a identificarlas. Hoy, nos daremos cuenta cómo este asunto de las preocupaciones tienen una influencia negativa sobre nuestras vidas, tanto espirituales como físicas, llegando a causar conflictos en cada área de nuestra existencia.
La preocupación nos tensiona físicamente:
Aunque son una materia emocional y espiritual, cuando nos encontramos preocupados esto llega a reflejarse en nuestro cuerpo físico, creando malestar y tensión. La preocupación afecta nuestro bienestar físico y hace que nos sintamos cargados.
La preocupación adormece la fe:
Un efecto muy negativo causado por este fenómeno, es el hecho de que nos olvidamos acerca de Aquel que nos ha prometido tener cuidado de nosotros, nuestro Dios quien nos ama incondicionalmente. Cuando estamos en preocupación vemos nuestros problemas como si fueran más grandes que nuestro Dios, menguando así nuestra fe. En Genesis 15:1-2, vemos como Abram dudo por un momento de Dios cuando le prometió un hijo, pues estaba considerando sus circunstancias antes que su fe.
La preocupación crea conflictos en nuestras relaciones:
Cuando hay conflictos internos en nuestro corazón estos a su vez tendrán un impacto negativo en nuestras relaciones con los demás. Marta, en Lucas 10: 41-42, tuvo conflicto con su hermana debido a que su corazón estaba lleno de afán y preocupación. La tensión genera discusiones, contiendas y pleitos.
Textos bíblicos para reflexionar:
"Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo."
Génesis 26:24
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."
Isaías 41:10
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