LLEGANDO A SER PADRES
Llegamos al punto culminante en las distintas etapas de nuestro progreso espiritual, como tratamos la semana pasada, la fase ideal que todos nosotros los creyentes en Cristo debemos alcanzar es la de Padres. Un Padre es aquel que ha pasado por todas las etapas, ha sido niño, luego adulto y finalmente ha alcanzado una etapa fructífera en su vida, una etapa caracterizada por la multiplicación. Los que están en esta etapa del progreso espiritual tienen una característica fundamental, son conquistadores, dispuestos a propagar el mensaje del Reino de los Cielos a toda criatura, están dispuestos a dar más que a recibir. Un padre es también aquel que engendra hijos e hijas, del mismo modo, cuando predicamos y las almas reciben el mensaje, se produce el nacimiento de hombres y mujeres dentro de la familia de Dios.
Esta es la etapa que todos nosotros debemos anhelar en nuestro crecimiento, ya que en ella podemos experimentar el gozo de ver los frutos en el Señor.
Meditemos en el siguiente pasaje bíblico:
"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor."
Efesios 4:13-16
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