ANHELO POR LA CASA DE DIOS
Esta semana, en nuestro devocional diario, estaremos estudiando el tema acerca de la casa de Dios: ¿qué es?, ¿por qué debemos ser fieles asistiendo a ella? y, la bendición que recibimos al hacerlo.
Dios, a lo largo de las Escrituras, ha mostrado su deseo, el anhelo eterno de tener una comunión íntima con el hombre. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, el Señor le encargó a Moisés la construcción de un Tabernáculo, es decir, el sitio en el cual Él se reuniría con su pueblo. Manifestó su presencia a través del Arca del Pacto; estuvo con David cuando este quiso edificarle casa, pero fue su hijo Salomón quien lo hizo. En el Nuevo Testamento vemos cómo los primeros creyentes se reunían y compartían juntos en el templo, la oración y adoración a Dios. Hoy en día, Dios ha levantado congregaciones dónde seguimos el modelo bíblico, lugares destinados para los creyentes, en donde éstos reciban instrucción acerca de las Sagradas Escrituras, un lugar propicio para la oración, la alabanza y la adoración, un espacio dónde se dé la comunión entre hermanos. Una iglesia local donde desarrollarnos y crecer.
Mañana consideraremos por qué es importante que hagamos parte de una iglesia local y seamos fieles asistiendo a ella. Mientras tanto, meditemos acerca de los siguientes textos bíblicos:
"Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis."
Éxodo 25: 8,9
"Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre."
1 Crónicas 28:6
"no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca."
Hebreos 10:25
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