Dedicando nuestras vidas a Dios
Durante esta semana trataremos el tema de la dedicación a Dios, más que en el área meramente devocional, es decir, el tiempo de nuestro día que empleamos para leer la Palabra y orar, sino abarcando mucho más allá. El deseo de Dios es que le amemos con todo nuestro ser, no sólo con la parte externa, demostrando a otros que estamos con Dios, sino integralmente, en nuestro espíritu, alma y nuestro cuerpo.
Un ejemplo muy claro de alguien que fue dedicado a Dios desde antes de su nacimiento fue el profeta Samuel, quien fue prometido a Dios por su madre Ana para el servicio de Dios toda su vida.
El dedicarnos a Dios no necesariamente implica el hecho de estar de tiempo completo en un ministerio en particular, es el entregar cada pensamiento, voluntad, tiempo, esfuerzo, acción al servicio de Dios en dónde nos encontremos, ya sea en nuestra casa, colegio, universidad o trabajo, es vivir una vida de santidad y testimonio a otros de la salvación que se encuentra en Cristo Jesús.
Mañana continuaremos con más de este tópico, mientras tanto, meditemos en los siguientes pasajes de la Palabra de Dios.
"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento."
Mateo 12:30
"Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará."
Salmos 37:5
"El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará."
Mateo 10:39
"Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas."
Proverbios 3:6
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