BUSCANDO LA COMUNION CON NUESTROS HERMANOS
Uno de los aspectos más importantes de nuestras vidas como creyentes en Cristo es nuestra nueva naturaleza, la cual adquirimos al colocar nuestra fe y obediencia en el Señor Jesús. Como señalamos ayer, al hacerlo, nos convertimos en parte de la familia de Dios. De allí la importancia de que busquemos estar junto a nuestros hermanos y hermanas, creciendo y desarrollándonos en una iglesia local.
No existe tal cosa como creyentes genuinos que no se congreguen. Es un deber y una necesidad el buscar la compañía de otros creyentes para tener comunión con ellos. Alguien alguna vez dijo que para que un carbón permanezca encendido es necesario que permanezca en el fuego. Esto es bien cierto en relación al congregarnos. Cuando lo hacemos, nuestra llama espiritual permanece encendida y estamos menos propensos a caer en pecado.
Además de todo lo anterior, en la Iglesia local hay pastores que, por la sabiduría que Dios les ha dado, nos instruyen en el camino del Señor, velan por nuestro caminar cristiano y nos alientan a seguir adelante.
Mañana continuaremos con este tema. Ahora, consideremos los siguientes textos de las Escrituras:
"Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta."
Salmo 42:4
"hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;"
Efesios 5:19
"Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo."
Salmos 27:4
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