Día a día estamos angustiados y preocupados por nuestros problemas, y no nos esmeramos por cumplir la Gran Comisión de Jesucristo de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, parece que nuestros afanes no nos permiten cumplir con este mandamiento de nuestro Señor. No obstante, Jesús nos llama a ser luz en medio de las tinieblas, a resplandecer como estrellas en el firmamento que reflejen la luz de la salvación a todo el mundo. Veamos lo que dice la Palabra :
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:14-16
Un almud es un recipiente que se utilizaba en la antigüedad para depositar líquidos y granos. No se espera nunca que una luz, como una vela por ejemplo, se coloque allí y menos debajo de él, pues no serviría para iluminar una casa en la que no hay luz eléctrica como las que había en los tiempos de Jesús. ¡Vaya enseñanza!, nosotros debemos estar en alto, sobre el candelero, mostrar nuestra fe sin reservas, testificar de Jesús sin temor, atrayendo a las almas hacia el Salvador. Observemos lo que dice la Escritura :
“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Romanos 10:14,15
Así que enciende tu luz para que otros la vean y puedan dirigirse hacia el Salvador Jesús.
Otras citas bíblicas a considerar sobre este tema son:
· Juan 8:12
· Filipenses 2:14-16
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