Esta mañana recordaba los mensajes que los náufragos en las películas envían metidos en botellas de vidrio, las cuales lanzan al mar con la esperanza de que alguien encuentre el mensaje y vengan en su rescate.
Esto me puso a pensar en la seguridad que debemos tener cuando oramos, la Biblia dice:
"Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido." - Daniel 10: 12
La historia de Daniel cuando oró a Dios nos indica que Dios escucha inmediatamente. Y nos enseña que a diferencia del náufrago, nosotros podemos tener la absoluta confianza de que nuestras oraciones serán recibidas por Dios siempre; no en un tiempo futuro incierto, sino en el mismo instante en que clamemos a Él.
La respuesta estará determinada sólo por la voluntad de Dios y su perfecto tiempo.
¡Ora, Él te escucha!
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