martes, 16 de agosto de 2011

Meditando: Como las Olas


Esta mañana recordaba la visita a la playa en el día de ayer y hoy recuerdo que aunque era una playa tranquila y de poco oleaje, si observabas, podías notar el movimiento incesante de las olas. De un lado para otro sin detenerse todo el día. Nunca se estaban quietas en un punto porque el viento las agitaba.

Esto me puso a pensar en lo que dice la Palabra de Dios:

"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor." - Santiago 1:6-7

Si dejamos que el viento de las circunstancias, los problemas o las tentaciones muevan nuestra fe en Dios nunca experimentaremos madurez espiritual. Debemos estar firmes sin dudar en el fundamento estable de la Palabra de Dios si queremos ver su bendición en nuestras vidas.

Recuerda: Él nunca te ha fallado.

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